El fin de semana pasado celebramos el tercer cumpleaños de nuestro niño... ¡uff, cómo pasa el tiempo! Quería hacerle algo especial y como le encanta Cars, o como él dice "coche rojo", lo convertí en la temática de la fiesta de cumpleaños.
Diseñé esta banderola, que luego utilicé para decorar las minicupcakes. Incluso uno de los invitados me preguntó si habían hecho ya la tercera peli.... jejeje
Otros elementos de la decoración fueron la decoración de las pajitas, los vasos con pegatinas y la corona.
Preparando las bandejas con los cupcakes...
Como íbamos a ser muchos (cerca de setenta personas), decidí hacer minicupcakes para que todo el mundo pudiera probarlas. Estos minibocados son perfectos para estas ocasiones. Una cupcake de tamaño estándar pueden llenar bastante y con las minis tienes las posibilidad de probar los diferentes sabores...
Para la ocasión cociné tres tipos de minicupcakes:
Cupcake de vainilla cubierto de chocolate negro
Cupcake de chocolate cubierto de buttercream con sabor a vainilla
Cupcake de chocolate cubierto de buttercream de chocolate blanco y fresas
Y también dejé algunos sin crema para los peques a los que no les pudiera gustar. Cabe decir de estas, que cuando se comían sonaba la esponjosidad de las mismas... un deleite para los sentidos.
Y no podía faltar la tarta, por supuesto con Rayo McQueen. La tarta tenía dos plantas y estaba compuesta por cinco bizcochos. Se alternaban las capas de bizcocho de chocolate y Red Velvet (todo un clásico de las cupcakes) y entre ellas usé la crema de buttercream de chocolate blanco y fresas. Para el exterior usé buttercream con sabor de vainilla. Luego la decoré con la figura de Rayo McQueen para coronar la tarta, el nombre de Iván, el número tres y estrellitas, todo ello hecho con fondant de azúcar.
Podría haber cubierto la tarta totalmente de azúcar fondant pero después de la experiencia de la tarta de mi boda quise hacer una tarta con una crema distinta. La tarta de mi boda era preciosa pero la gente que la probó le pareció demasiado empalagosa y dulce, este es el inconveniente del fondant de azúcar. En cambio, la buttercream, siendo bastante dulce no es tan empalagosa y le da mayor suavidad al bizcocho. La prueba fue que la gente repitió y fue todo un éxito.
Así quedó la mesa de los postres...
Y por último hice unos muffins que yo llamo "Buenos días". Un toque de café con chocolate y anís y aderezado con azúcar glass como toque final. Podéis verlas en la foto de abajo, junto a la tarta.